Las historias fantasmagóricas del colegio Leoncio Prado.
El cadete fantasma
Está situado en lo que en la antigüedad era conocida como el cuartel Guardia Chalaca. Al empezar las labores educativas, solo se contaba con dos pabellones y al pasar del tiempo se implementaron dos ambientes, fue usado como pabellón para los alumnos de quinto de segundaria, y es donde se da inicio a la historia fantasmagórica, conocida por todos aquellos que han estudiado en esa escuela.
Por: Roger Basauri.
La historia demuestra que las actividades paranormales siempre se han sucedido a altas horas de la noche: los principales testigos son los jóvenes cadetes que al seguir la tradición militar, hacen guardia nocturna, recorriendo por todos los ambientes del colegio, mientras el resto duerme. Los testimonios varían un poco: para algunos alumnos la aparición es perfectamente definida: un muchacho desconocido, vistiendo un uniforme de antaño y realizando también una guardia; en otros casos solo se presenta como una presencia: pasos muy notorios y audibles, como también sombras que recorren los pasillos, para luego desaparecer en un silencio muy aterrador.
“Cuando estudiaba la secundaria en el colegio militar Leoncio Prado del Callao, solo pude observar una sola vez, que en lo alto de La Siberia (el pabellón), estaba parado un cadete”, es el testimonio más repetido y existente entre los ex alumnos del colegio militar.
Otros relatos hablan de ocasiones en que, al cambio de guardia, el relevo se encontraba con un espectáculo muy impactante que era al ver a un cadete del turno de guardia anterior tirado en el suelo, inconsciente o víctima de una crisis nerviosa muy fuerte. Tampoco falta la historia en la que se asegura que un alumno de la promoción LXIV debió ser retirado del colegio, debido al shock nervioso que tuvo tras visualizar a un fantasma pocos metros de distancia.
Con el paso de los años, la presencia del Cadete fantasma en La Siberia era tan seguido que se volvió una tradición por parte de los alumnos de años superiores el castigar a los de años inferiores haciendo guardia nocturna en dicho pabellón; asimismo, todos los alumnos que han pasado por las aulas del colegio han sentido y sienten, un prudente respeto por ese viejo edificio.
“Nunca vi, ni escuché a ningún ente durante mis tres años de internado, las veces que me toco ir a La Siberia de día lo hacía con gran reverencia y curiosidad, pero al llegar la noche nunca me acerque por allí, salvo una vez a la hora de jugar cartas, pero por supuesto con la compañía de varios cadetes”, nos cuenta un ex alumno del Leoncio Prado.
Para algunos ex alumnos, el cadete fantasma es un espíritu que anda por los pasillos de su antigua cuadrilla, dando miedo y espanto a los que se encuentran muy cerca haciendo la ronda nocturna; pero para otros, es una presencia no muy terrorífica, sino que es un camarada de guardia nocturna. Los instructores, personal militar y profesores del plantel más bien guardan silencio con respecto al tema, pero para los alumnos y ex alumnos el fantasma tiene nombre y apellido: Duilio Poggi Gomez.
“Una escuela militar de profunda tradición castrense, donde es muy evidente, que hasta los seres espectrales perennizan esas costumbres”.
Un joven ejemplo de heroísmo puro.
Ingresó al Colegio militar Leoncio Prado en el año de 1945, pertenecía a la segunda Promoción y de inmediato obtuvo el aprecio de sus superiores, instructores y compañeros, quienes siempre lo consideraban un estupendo alumno y un gran camarada. La vida de Duilio tuvo un dramático y muy triste final, según cuentan las crónicas de la época, en la noche del 28 de diciembre de 1946, el Cadete se dirigía en un tranvía, cuando observó cómo un ladrón agredía a una dama. El sujeto era mucho más alto y corpulento que Duilio, pero él al seguir el Código de Honor del Cadete, se le enfrentó, Duilio fue apuñalado severamente, muriendo al instante. Tenía tan solo 16 años de edad. El asesino nunca fue capturado.
Lo sucedido causó mucha consternación en aquel tiempo, el joven estudiante incluso recibió honores por parte de los Senadores el 4 de Enero del año de 1947. Asimismo, Poggi se convirtió en un gran ejemplo a seguir por el alumnado del Leoncio Prado. Hasta el día de hoy, el pabellón de Quinto Año de secundaria del colegio lleva su nombre, así como también una plazuela en el distrito de Magdalena del Mar, y un busto en su memoria en el mismo colegio. Su tumba se halla cerca de La Cripta de los Héroes, en el Cementerio Presbítero Maestro.Existen pocos testimonios que demuestren que el cadete fantasma sea finalmente Duilio, pero en la tradición del colegio, no existen dudas, para todos los alumnos y ex alumnos, el espíritu que hace la guardia nocturna es Poggi.
El motivo por el cual su identidad está en duda, porque al parecer, no es la única presencia fantasmal presente en el colegio Leoncio Prado, hay diversos reportes indicando que no sería el único fantasma en La Siberia (el pabellón); según se sabe, antes de que el colegio militar ocupe su lugar, y cuando era cuartel de la Guardia Chalaca, ocurrió ahí mismo un fuerte incendio, en el cual perecieron tres de sus integrantes; ese sería el motivo por el cual no todos los reportes de apariciones sean las mismas.
Hoy en día, La Siberia ya ha dejado de ser un pabellón de dormitorios: el edifico ahora es utilizado como una zona de prácticas o técnicas de comando, para uso del personal militar, pero su leyenda persiste entre las anteriores y las siguientes generaciones de nuevos cadetes.
Esta fue la historia de un colegio que no solo contiene actividades militares sino que también paranormales.
“Una de las grandes promociones de antaño”
ANEXO
Hecho: El colegio Leoncio Prado y su historia.
Tema: Presencias paranormales dentro de la institución.
Perspectiva: primera persona.


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